A Angie
“Una es más auténtica cuando más se parece a lo que ha soñado de sí misma,” Agrado.
Amor, pérdida y compasión.
Madrid, España. Manuela (Cecilia Roth) festeja a su hijo, un joven de 17 años con aspiraciones de escritor, llevándolo a una función de “Un tranvía llamado deseo”. Mientras esperan por un autógrafo, la vida de éste desaparece en medio de un sorpresivo accidente. Manuela decide viajar a Barcelona en busca del padre e informarle de lo sucedido. En el transcurso se reencuentra con Agrado (Antonia San Juan), un travesti que le indica que su otrora marido ahora va por el mundo como Lola. Juntas visitan a Rosa (Penélope), una joven novicia que recién vio al susodicho y a quien le ha dejado entre otros recuerdos, un embarazo y el sida. La mujer necesita ayuda y Manuela decide apoyarla. Para sufragar sus gastos consigue un trabajo como asistente de la actriz Huma Rojo (Marisa Paredes), intérprete del personaje central de la citada obra.
“Todo sobre mi madre” es quizás la obra más emblemática del excéntrico cineasta español Pedro Almodóvar. En ella, está presente su singular surrealismo de una manera donde la irreverencia es un elemento de madurez, gracia y compasión, donde el humor existe y convive con la tragedia y la reflexión. La cinta cosechó infinidad de reconocimientos entre los que destacan los otorgados por el Festival de Cannes, el Festival de San Sebastián y el Oscar como Mejor Película extranjera.
“Todo sobre mi madre” es un homenaje a la obra de Tenesse Williams y al clásico “La malvada” (1950), referencias de las cuales se nutre y que aparecen una y otra vez de distintas maneras a lo largo de la historia. Tan sólo el título es una recreación del original de “La malvada”, “All about Eve” o “Todo sobre Eva”. Estos universos se mezclan y dan por resultado personajes y situaciones bizarras que, sin embargo, se alejan de la caricatura para acercarse lo suficiente a la humano y real; lo suficiente para doler.
Pero más allá de eso, “Todo sobre mi madre” es el viaje de auto-descubrimiento de Manuela y más aún un canto a la maternidad, lo que significa e implica. Un canto con varios tonos y matices: madres entregadas, madres sustitutas y madres ausentes; madres-esposas, madres-compañeras y madres-amigas. Un universo que se sostiene y nutre de lo femenino, que toca el valor de lo auténtico, de aquello que va en contra de lo establecido, que desafía a la sociedad. Aquello que ama sin condiciones de sexo o raza, aquello que cambia para estar en concordancia con lo que se siente y es de corazón. Aquello que da forma a una familia más allá de lazos sanguíneos y más cerca de convicciones, decisiones y hechos. Aquello que construye una base lo suficientemente sólida para ser punto de partida de aquello que no busque más que un fin último, simple y de complicada adquisición: la felicidad.
España/Francia 1999
Director: Pedro Almodóvar.
Reparto: Cecilia Roth, Marisa Paredes, Penélope Cruz, Candela Peña y Antonia San Juan.
Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.
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