"Los niños de Dios no están a la venta", frase promocional
Sonido de libertad... sonido de controversia... sonido de contradicciones.
El llamado de "Sonido de libertad" es fuerte, poderoso... y viene acompañado. El filme se inspira del trabajo de Tim Ballard, un agente especial que se ocupara de la Operación Ferrocarril subterráneo a cargo de combatir el tráfico sexual y, en especial, contra menores. Hoy Ballard es un activista y autor. Jim Caviezel (conocido por "La pasión de Cristo" de Mel Gibson) lo interpreta. La historia sucede en un tiempo que no se especifica, pero se presume es en el pasado, pero podría no serlo. En Tegucigalpa, Honduras, Miguel (Lucas Ávila) y Rocío (Cristal Aparicio), dos niños, reciben ofertas para modelar. Su padre Roberto (José Zúñiga) accede ante el entusiasmo de los niños. Cuando regresa por ellos en el primer día de fotos, ya no están. En una misión, Ballard rescata a Miguel, quién le cuenta de Rocío, haciendo que el agente se comprometa a encontrar también a la niña y sumergiéndose en una misión que lo llevará a Cartagena, Colombia, y lo enfrentará con grandes riesgos, un muy organizado gremio y altas esferas de poder.
"Sonido de libertad" se filmó en 2018 y ese mismo año estaba lista para ser exhibida. Fue adquirida por Walt Disney y archivada. Sus realizadores compraron los derechos de distribución y buscaron otro distribuidor: Angel Studios. La compañía se especializa en contenido de corte religioso, teniendo como su primer título relevante "The Chosen" y distinguiéndose por financiar proyectos vía recaudación de fondos en internet y distribuyendo de manera gratuita su contenido. Como parte de la estrategia de "Sonido de libertad", Angel Studios ha promovido, a través de un mensaje al final del filme, el que la gente pague otro boleto para "alguien que de otra manera no podría verlo". La compara se puede hacer también en su sitio y ello ha llevado a que sus números de taquilla no sean del todo realistas pues no implica que en realidad cada uno de esos boletos represente a una persona que vio la cinta. "Sonido de libertad" es una película independiente, con un presupuesto de 14.5 millones de dólares y una taquilla que va ya en los 163.5 millones de dólares (y contando). Es uno de los filmes independientes más exitosos en la historia y un título que se ha sostenido mejor frente (y que ha funcionado comercialmente mejor) frente a otros como "Indiana Jones y el dial del destino".
Como película, "Sonido de libertad" es un producto desigual. Es muy efectiva en la parte emotiva. La fotografía deslavada transmite muy bien ese aire de podredumbre, metáfora de la naturaleza de los traficante, para contrastar con la inocencia de los rostros de los niños, en especial de Miguel y Rocío. Caviezel, un histrión ya probado, le da equilibrio, mostrando templanza, pero también desasosiego y una cierta desesperación. "Sonido de libertad" sabe a dónde quiere apuntar y lo consigue desde los primeros minutos, con la desesperación e impotencia de un padre que ha perdido a sus hijos. Es, en muchos sentidos, más similar a "Búsqueda implacable", sólo que, sin los elementos de acción, agregando mucho más de política y cuidando sus recursos audiovisuales (más cortes directos, una cámara que parece atestigua y música emotiva en los momentos justos).
El guion de "Sonido de libertad" tiene sus problemas. En principio no tiene tan decidido en los primeros minutos quién es el protagonista y nunca queda del todo claro cuál es la motivación real o detrás de Ballard. ¿Quién es Ballard en realidad? Sólo se sabe que está casado, tiene una familia grande y es creyente (el desenlace da unos cuantos datos más). Lo mismo pasa pero en mayor medida con el resto de los personajes. En "Sonido de libertad" los personajes son simples, no complejos. Luego está el hecho de que la historia no encaja del todo y se hace un tanto bolas con su propia lógica. El interés continúa por lo que implica y quién está involucrado, no por sentido común. Alejandro Monteverde, director de "Bella" y "El gran pequeño" agrega toques que pretenden darle un sentido artístico. Conocer sus filmes anteriores, por cierto, da mejor dimensión del discurso e ideología de Monteverde. "Sonido de libertad" podrá parecer mucho más oscuro (lo es) y aguerrido, pero en el fondo, no es tan distinto.
Con "Sonido de libertad" pasa algo curioso. Es difícil o se siente difícil, como falto a la causa, criticarlo por el tema que aborda: tráfico de infantes. El que visibilice el hecho es relevante. De ello no hay duda. La cuestión está en lo que hay de fondo. Aunque es cuidadoso, la ideología católica es clara, permanente y contundente. Vaya, no en vano es una producción de Eduardo Verástegui (actor y cantante convertido en activista de la derecha y con una visión un tanto radical que incluye su oposición al aborto y que más recientemente lo vio rezar, en medio de una entrevista, por el periodista Jorge Ramos, quién le había dicho que es agnóstico, no duda de la existencia de Dios, pero tampoco tiene la certeza de su existencia). El resto de los involucrados no están exentos de situaciones similares. Monteverde es un católico conservador. Caviezel es también un católico devoto, está contra el aborto y ha promovido elementos de la teoría QAnon, una teoría conspiracioncita que sostiene que hay grupos de poder con prácticas caníbales y de tráfico de niños. Sobra decir que el propio QAnon ha sido descrito como un culto. Ballard ha sido también asociado con ello. La cereza del pastel la ha puesto el arresto de Fabián Marta, financiador del filme, detenido por el secuestro de un mejor. Por cierto, un aspecto criticado del filme tiene que ver con la sesión de fotos que se muestra al inicio que, si bien cuidado, no deja de ser justo el tipo de contenido que muchos pedófilos buscan.
Entonces, ¿Qué pasa con "Sonido de libertad"? ¿Por qué importa? ¿Debiera hacerlo? Sí, sí importa e importan en varios sentidos. Para empezar, permite que se habla del tráfico y abuso a menores, de la compleja red que asiste alrededor de ello y del alto número de casos que hay (se cuentan en miles y como se dice en algún momento, hay más personas privadas de su libertad hoy, como esclavos, que cuando la esclavitud era legal). Ahora, no debe tomarse a "Sonido de libertad" como verdad o como una verdad completa. No lo es. La historia es una ficción basada en hechos reales, pero no sigue una misión en especial. Tampoco debe tomarse su ideología, con fines políticos de Verástegui, como cierta o guía de la propia. Al contrario, debe cuestionarse también.
El "Sonido de libertad" al que refiere el filme es al de niños que juegan, que cantan, que viven sin ataduras. La contradicción está en que en buscar esa libertad "Sonido de libertad" promueve otras cadenas ya no físicas, sino psicológicas, ideológicas, espirituales. "Los niños de Dios no están a la venta" dice, pero ¿por qué tienen que ser de Dios? ¿No podría o debería ser "Los niños no están a la venta"? La propiedad de los niños no es de nadie o es, mejor dicho, de ellos mismos. El "Sonido de libertad" sólo será real si eso se entiende. Mientras, al menos, hay sonido para hablar de ello, pero no es aún "sonido de libertad".
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EE. UU. 2023 - 2h 11m
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