El estilo visual y el ligero toque recargado de Bong Joon Ho desaparece de esta adaptación que retoma su filme y la novela gráfica para brindar una primera temporada que apuesta por mayor realismo en los 1001 vagones que conforman Snowpiercer.
En un futuro indeterminado, el mundo se ha convertido en un congelador. Unos pocos sobrevivientes habitan en Snowpiercer, un tren que da vueltas de forma eterna a la Tierra y donde el sistema de clases prevalece en aras de conservar el equilibrio.
La presentación de la serie entreteje varias subtramas con el conflicto principal: la sublevación de "la cola", los menos favorecidos, para hacerse del mando. Daveed Diggs hace una gran labor como el líder de los rebeldes, mientras que Jennifer Connelly presenta a una líder del departamento de hospitalidad que parece simple, en contraste con la versión de Tilda Swinton, pero que poco a poco revela las múltiples capas de la mujer que carga sobre sus espaldas el funcionamiento (y la supervivencia) de todos.
Esta nueva ruta de Snowpiercer le permite transitar de manera distinta por el mismo camino. Continúa disertando sobre la necesidad o no de un sistema de clases, pero además toca también aspectos como la fe y el precio de las decisiones. La factura es impecable y aunque quizás a veces el tamaño de algunos vagones pueda parecer disonante, es una concesión que vale la pena hacerle. Fuera de ello, esta nueva versión tiene un destino distinto que se detona tras unos últimos capítulos que cierran de manera inesperada la temporada, dándole un vuelco a sus personajes y abriendo una nueva puerta que se antoja mucho aunque podría caer en lo telenovelesco.
10 Episodios
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