La promesa es ineludible: una pastilla que termine con el cansancio, que evite una mente dispersa y que potencialice el uso del cerebro.
Eddie Mora (Bradley Cooper) es un aspirante a escritor que no ha cumplido con la fecha que se le fijo para entregar su primera novela. Eddie también tiene problemas con la bebida y recién ha sido dejado por Lindy (Abbie Cornish), su novia. Una tarde se encuentra con el hermano de una exnovia, otrora traficante de drogas que ahora representa a una farmacéutica cuyo más reciente medicamente revolucionará el mundo. Le ofrece una muestra. Reticente, Eddie la acepta. Entonces, su vida se ve transformada por completo. La realidad tiene un mejor color y la mente de Eddie funciona como la de un genio. En un dos por tres termina el texto y pronto se haya haciendo exitosas inversiones. Pero la nueva vida de éxitos, lujos y excesos tiene un precio.
“Sin límites” funciona en principio por su premisa. El primer acto es efectivo, pero se complica cuando la trama empieza a hacer demasiado eco del título. Es difícil saber exactamente de que se trata: está el origen de la píldora, están sus efectos, está el romance y luego para complicarlo aún más la persecución que se desata cuando un prestamista quiere su pago y Carl Van Loon (Robert De Niro), uno de los hombres más ricos de América, ve su patrimonio en riesgo. La idea de plantear que lo que se requiere no es una mejor memoria, para eso están hoy en día los recursos electrónicos, sino una mayor habilidad para razonar, para utilizar el procesador naturalmente diseñado para ello, es provocadora. Sin embargo, como sucede en el universo virtual se pierde entre los oros datos.
Neil Burger hace un uso creativo del lenguaje audiovisual. La primera toma es un enigma, la secuencia donde Eddie experimenta el efecto de la píldora creativa y la idea de mostrar bajo distintos tonos lo que ve cuando está o no bajo el efecto. efectiva. Bradley Cooper encarna adecuadamente al protagonista, haciendo verosímiles sus dos lados y las transiciones, pasando de la depresión y despreocupación al carisma y la desesperación. El fallo está en el guion, una adaptación de la novela de Alan Glynn, que deja más elementos de los necesarios sueltos y que se engolosina al grado de convertir en un momento a Eddie en un héroe de acción; el uso eficiente del cerebro no es justificación suficiente para una serie de movimientos dignos de personal entrenado.
Sin ser excepcional, “Sin límites” consigue capturar la atención del espectador y entretenerlo con suficiente dignidad aunque al final es una lástima que apenas utilice un porcentaje de su cerebro… aunque claro es más de lo que muchos otros filmes usan.
Limitless
EE.UU. 2011
Director: Neil Burger.
Reparto: Bradley Cooper, Abbie Cornish, Robert De Niro.
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