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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

"Perro perdido" de Stephen Herek

Linda, simple, predecible, pero con corazón y buenas intenciones.

"Perro perdido" está en la línea de filmes sobre perros y su impacto en la vida. La historia, proviene de un caso real y se enfoca en la relación entre un padre y su hijo, adaptando la novela del mismo nombre de Pauls Toutonghi.

Fielding Marshal (Johnny Berchtold), un universitario a poco de graduarse decide adoptar, tras el rompimiento con su novia, un perro (sí, es un poco random, pero así es). Lo nombra Gonker (un derivado que remite a algo sin sentido) y pronto se convierte en su mejor amigo. Cuando se gradúa, Fielding, a diferencia del resto de sus amigos, no tiene aún claro que hará. No hay ni trabajo, maestría o algún otro propósito, por lo que termina de nuevo en manos de sus papás, John (Rob Lowe) y Ginny (Kimberly Williams-Paisley). La relación tiene sus fricciones, en especial con su padre, quién no está muy contento de que sea un "nini" (ni estudia ni trabaja). Gonker, termina siendo un punto común. Cuando desaparece en una caminata, John y Fielding unen fuerzas para recuperarlo, máxime que de no hacerlo la condición de Gonker podría cobrarle con la vida. Hay cuenta regresiva, necesita su medicina.

En el centro de "Perro perdido" está la falta de sentido que tiene Fielding. Alrededor de ello giran su relación con su padre, su amistad con Gonker, las expectativas del resto de la gente y su deseo por llevar una vida distinta o que escape a los estándares sociales. El catalizar para resolverlos está en la búsqueda de Gonker y el cómo pasar más tiempo con su padre los lleva a confrontarse y limar sus asperezas.

Si se ve por encima, "Perro perdido" funciona y deja con una buena sensación. Si se le ve con más cuidado comienzan a notarse todos los detalles que quedan en la superficie y que no se discuten realmente. Por ejemplo, para justificar la dedicación de Ginny por encontrar a Gonker se cuenta en flashbacks su amistad con Oji, perro que perdiera de manera traumática, pero luego se diluye (Kimberly William-Paisley, por cierto, es quién tiene los mejores momentos dramáticos, aunque su personaje al igual que los otros carecen de verdadero desarrollo; de John Berchtold se aprovecha su carisma y Rob Lowe está desaprovechado). Algo similar sucede con el trastorno alimenticio de Fielding. La historia lo necesita para justificar el desenlace, pero aborda poco los motivos emocionales y luego se resuelve muy fácil. "Perro perdido" se pierde en dos sentidos esenciales: 1) definir exactamente qué quiere decir (no le da tiempo de abordar todos los temas que quiere porque también habla de la importancia de adoptar sobre comprar mascotas, de la solidaridad de la gente y la empatía que se genera con otros dueños de perros, de las enfermedades caninas y otros temas más), y 2) utilizar los otros temas para discutir el primero, dándole fuerza. ¿Es terrible? No, definitivamente no, pero podría ser mucho más poderosa.

Aunque "Perro perdido" se pierde en algunos sentidos, encuentra un eje emocional que le viene muy bien y que deja con una sensación positiva, haciendo funcionar en cierta medida su metáfora en torno a cómo, la pérdida de Gonker es la pérdida de sentido o rumbo de Fielding (sí, aunque él lo niega en algún momento). Es, al menos, una muestra de las diferencias entre generaciones y de cómo la felicidad no se obtiene cumpliendo las expectativas de los demás.

🐶🐶1/2

EE. UU. 2023 - 1h 35m


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