Este es un viaje seguro, predecible, pero que cumple muy bien su misión.
La Navidad está a unos días de llegar cuando Erica, quién trabaja para una congresista, es enviada a una base militar en Guam, luego de que un recorte presupuestal requiere que tres bases cierren y ésta ha saltado a la mira por la foto de un oficial con un gorro de Santa Claus en algunos titulares.
Decir que "Operación Feliz Navidad" es una comedia romántica es correcto, pero a la vez queda corto, pues más allá de ello utiliza las convenciones del género (todas y cada una) para llevar en otra dirección o, mejor dicho, en una dirección más amplia su discurso sobre el amor, la generosidad y la capacidad de creer.
Katerina Graham y Alexander Ludwig hacen bien su trabajo; juegan al antagonismo del amor y, cosa curiosa, al principio no se siente tanto como ello. La película lo disfraza, el enfoque está en demostrar quién tiene razón sobre la base y su uso (o mal uso) de recursos. Ludwig es especialmente carismático y Graham consigue la transición de su personaje.
La Operación Feliz Navidad u Operación Entrega Navideña, como sería más adecuado traducirla, es una realidad. Sucede desde 1952 y beneficia, a través de donaciones y muchas horas de voluntariado, a cientos de isleños. En ella participan estadounidense, japoneses y australianos. Para la audiencia resulta peculiar en más de una manera. Es poco frecuente pensar en los miembros de la milicia como personas afectuosas y quizás todavía más lo es pensar en una Navidad en la playa, con calor. Sin embargo, no podrían conformar escenario más preciso para expresar la determinación, el trabajo y el cariño que se necesita. Y un mensaje así, con todo y sus lugares comunes, cuando es oportuno y está bien expresado es la mejor operación y la mejor entrega navideña.
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