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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

Matrix

A Gely

“Esta es tu última oportunidad. Después de esto, no hay vuelta atrás. Tomas la pastilla azul: la historia termina, despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Tomas la pastilla roja: te quedas en el país de las maravillas y te muestro que tan profundo llega la madriguera.” Morpheus

Con el cierre del siglo XX llegó “Matrix”, uno de los filmes más impactantes e influyentes de los últimos años. La trama aunque recae en la fórmula sorprende por su gótico look, innovadores efectos especiales y múltiples lecturas.



En la época actual Thomas Anderson (Keanu Reeves) es un programador de computadoras que por las noches se desenvuelve como Neo, un hacker que busca entrar en contacto con un homólogo, Morpheus (Laurence Fishburne). Lo que Neo desconoce es que Morpheus, líder de un movimiento de resistencia, lo ha estado vigilando. Llegado el momento Morpheus, quien cree que Neo es “el elegido” se hace presente para revelarle que el mundo que conoce no es más que realidad virtual diseñada para adormecer a la humanidad. Entonces, Neo deberá decidir entre permanecer en el sistema o luchar por liberar a sus congéneres.


El planteamiento de “Matrix” es intrigante. La posibilidad de que la humanidad esté sumida en una realidad virtual no solo es una posibilidad viable a causa de la tecnología actual, sino una aguda analogía al manejo que los medios y el gobierno hacen de la información. Una vez que Neo se libera, la película toma un giro que la inclina más por la acción aunque no deja de ser palpable el paralelismo que su trayecto tiene con la vida de Jesucristo. Pero esa no es la única influencia que tiene la cinta. Existen referencias que permiten interpretaciones desde otras posturas religiosas (budismo, judaísmo, Islam, etc.), corrientes filosóficas (existencialismo, nihilismo y hasta la alegoría de la cueva de Platón) y hasta conceptos (como el de simulacro de Jean Beaudrillard) de la crítica cultural.


En su segunda aventura como directores, los hermanos Wachovsky facturan un espectáculo ágil y envolvente. La realidad dentro de “La Matrix” es gótica, pero moderna. Las posibilidades para quienes han despertado, infinitas. Neo y compañía pueden hacer lo que sea. El uso del slow motion y el bullet time, efectos popularizados por el filme, permiten a los Wachovsky construir impresionantes escenas de acción vistas desde múltiples ángulos y en secuencia. La impecable labor les mereció el Oscar por Mejores Efectos Visuales, Mejor Edición, Mejor Sonido y Mejores Efectos de Sonido.


Keanu Reeves tiene en Neo uno de sus personajes más emblemáticos. El traje le viene bien a pesar de sus limitadas capacidades histriónicas. La opción inicial era Johnny Depp, aunque el estudio tenía en mente a Brad Pitt y hasta Leonardo DiCaprio, Ewan McGregor y Will Smith fueron considerados. Lauren Fishburne, en el papel que Sean Connery rechazó pues dijo no entender el guion, brinda una estimulante actuación como el guía rebelde pero inspirador. Carrie-Anne Moos es efectiva como la andrógina, sexy y ruda Trinity, el interés romántico de Neo, mientras que Joe Pantoliano tiene a su cargo la parte ligera y Hugo Weaving hace del agente Smith, la figura que el sistema ha creado para vencer al “elegido”.


La ganadora del Premio Saturno a Mejor Película de Ciencia Ficción y Mejor Director hizo, con un presupuesto de 63 millones de dólares, más de 450 millones a nivel mundial. El éxito se debe a la resonancia que en conjunto tienen su historia y proyección visual. “Matrix” es un inolvidable viaje surrealista que no deja respuestas sino preguntas. La “Matrix” abre la puerta y extiende la invitación que Morpheus hace a Neo: “Bienvenido al mundo real”.

The Matrix

Australia/EE.UU. 1999

Director: Andy y Larry Wachowsky.

Reparto: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Laurence Fishburne, Hugo Weaving, Joe Pantoliano.

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