Las verdades se quedan en secretos en este thriller que se cuece lento y entrega menos de lo que promete.
Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial. Maya (Noomi Rapace), una refugiada romaní, ha rehecho su vida con Lewis (Chris Messina), un médico, con quién tiene un hijo. Las pesadillas aún la persiguen y una parece cobrar vida cuando ve a un hombre (Joel Kinnaman). Actúa al respecto y el susodicho se encuentra ahora en la cajuela de su auto. Maya quiere respuestas.
"Los secretos que guardamos" recuerda a otros filmes que exploran las secuelas de la guerra como "Una pasión secreta" de Stephen Daldry en combinación con un thriller de venganza, entre dos actores, como "La muerte y la doncella" de Roman Polanski. Desafortunadamente no está a la altura de ninguna de las dos y no es que sea un mal filme, pero se queda a medio camino.
La anécdota es interesante y juega con temas y recursos como la memoria, la venganza, el pasado y la redención. El elenco es talentoso y hace lo mejor que puede. Las fallas están en una dirección que no aprovecha del todo a los actores y en un guion que ni desarrolla adecuadamente a sus personajes ni parece tener claro qué quiere decir, cuál es su aportación. Si se supiera más de Tom, el sospechoso, por ejemplo, otra historia sería.
Cuando las revelaciones y acciones finales llegan, "Los secretos que guardamos" le hace demasiado honor a su nombre, sin conseguir decir algo más, dejando con la sensación de que algo falta y no porque deba dar todas las respuestas, pero sí porque debiera expresar algo más del ser humano. No lo hace, el final simplemente llega y, aunque es fuerte, no se siente así... un desperdicio que se salva por algunos buenos momentos.
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EE. UU. 2020 - 1h 37m
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