¿Se identifican con ese sentimiento de amor, odio o extrañamiento que hay en las familias, más aún en bodas, bautizos? Pues de ello va esta película que los utiliza de pretexto y que involuntariamente también acaba generando ese sentimiento en el espectador.
Eloise (Cythia Addai-Robinson) está por casarse y quiere, desde luego, que su familia esté presente, pero es complicado. Eloise es la hija mayor de Donna (Allison Janney), quién se divorció de su padre, Henrique (Isaach De Bankolé), cuando éste le fue infiel con la niñera (pasa… ya saben). Donna dejó Europa y regresó a Estados Unidos donde se casó de nuevo y tuvo dos hijos más, Alice (Kristen Bell) y Paul (Ben Platt). Los primeros años todo iba bastante bien, pero más recientemente están distanciados, por no decir que más de un malentendido ha hecho que se “odien” y recientan el privilegio en el que Eloise ha vivido.
La verdad sea dicha, "Los odiosos invitados a la boda" es una película que sale al paso, tiene algunos momentos ocurrentes, pero poco de especial y lo que hay es, sobre todo, a causa de su reparto. Alice y Paul no son personajes especialmente agradables. Está muy frustrados, ella viviendo como la amante de su jefe que le promete y promete que se divorciará; él en una relación no del todo feliz y en un trabajo que tampoco lo es. Sin embargo, Kristen Bell y Ben Platt son actores muy angelados y con buena química. Ellos se divirtieron y eso hace que el público la pase bien y que se pueda palpar que detrás de toda la mordacidad y comentarios afilados hay cariño. Alisson Janney, desafortunadamente, está un tanto desaprovechada y es básicamente una mamá que quiere que sus hijos se lleven bien.
"La boda más odiosa", como también se le conoce, está en la línea de películas como “La joya de la familia” y “The Wedding Date”, explotando las tensiones y diferencias familiares con la intención de sumar, aunque sin mayor propuesta, alrededor de cómo, más allá de cualquier situación, el cariño siempre prevalecerá. Ahora, así como se presenta a una familia (muy) disfuncional, la película también lo es, lo que la convierte más en un viaje para matar un par de horas, no tanto para aprovecharlas viendo contenido de especial valor o que haga, como una boda, una diferencia.
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EE. UU. 2022 - 1h 39m
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