A Gely, ¡felicidades!
“Hay una cosa que sé... y es que te amo, Scarlett. A pesar de ti y de mí, y del loco mundo que se desmorona a nuestro alrededor, te amo... porque somos iguales. Dos ovejas descarriadas. Egoístas y astutas. Pero capaces de llamar por su nombre lo que ven en los ojos,” Reth Butler.
Pasión, vanidad, ira, amor, guerra y orgullo.
Scarlett O’Hara es una belleza sureña enamorada del caballeroso Ashley Wilkes (Leslie Howard), quien le corresponde discreta y brevemente ya que se ha comprometido con la gentil Melanie (Olivia de Havilland), pues considera que las similitudes entre ambos harán un mejor matrimonio. Scarlet, testaruda como es, no puede sacarlo de su mente a pesar de la atracción que siente por el rebelde, descarado, pero honesto Reth Buttler (Clark Gable). La química entre ellos es innegable. Pero el temperamento y el orgullo de la joven la alejan de Buttler aun cuando éste se convierte en su tercer marido.
Ubicada en los años de la Guerra Civil y la Reconstrucción del Sur de Estados Unidos, esta trágica historia de amor da visos de aquellos eventos que marcaron a una nación. Pero afortunadamente su compromiso está con la ficción. “Lo que el viento se llevó” es el clásico de clásicos, una parada obligada en la historia del cine, donde uno de los más grandes romances de todos los tiempos tiene lugar.
Colocada por el American Film Institute en el número cuatro en su lista de los 100 Mejores Filmes, “Lo que el viento de llevó” es una adaptación de la exitosa novela homónima de Margaret Michell, quien escribió su única obra de 1926 a 1929 y sólo la mostró a un editor después de guardarla por seis años. La historia de “Lo que el viento se llevó” es tan fascinante en la pantalla como tras bastidores.
George Cukor (“Mi bella dama”, 1964) fue contratado originalmente para dirigirla, pero poco después fue sustituido por Victor Fleming (“El mago de oz”, 1939) quien cayó enfermo y fue sustituido temporalmente por Sam Wood (“Madame X”, 1937); el guion se le atribuye a Sydney Howard, aunque en realidad más de una decena de guionistas participaron, entre ellos el legendario F. Scott Fitzgerald. El verdadero autor de la cinta es su productor, David O. Selznick, quien al igual que Clark Gable en un principio se negó a participar en el proyecto. Gable siempre fue considerado para el personaje de Reth Buttler, que se escribió teniéndole en mente, aun cuando se mencionaron nombres como Errol Flynn y Gary Cooper. En el caso de la mítica Scarlett O’Hara, se hicieron pruebas a 32 actrices incluyendo a las legendarias Bette Davis, Joan Crawford, Lana Turner, Mae West y Lucille Belle. La elección de Leigh, una inglesa, causó controversia y calló descontentos cuando el filme se estrenó.
Para la realización del filme se utilizaron las siete cámaras que existían para grabar en Technicolor. La cinta se llevó nueve premios de la Academia (incluyendo Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto para Hattie McDaniel, primera mujer afroamericana en recibir la estatuilla), un Oscar Honorario por el diseño de producción y estuvo nominada en total en 14 categorías.
A pesar de que no es un trabajo perfecto, de sus casi cuatro horas de duración y su tono telenovelesco, este filme tiene bien merecido su lugar en el firmamento de los grandes clásicos. Su nombre está escrito con oro y permanecerá incólume como muestra de porqué el cine es un arte y un placer, inamovible a pesar de los años y de “lo que el viento se llevó”.
Gone with The Wind
EE.UU. 1939
Director: Victor Flemming.
Reparto: Vivien Leigh, Clark Gable, Olivia de Havilland, Leslie Howard, Hattie McDaniel.
Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.
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