“Nunca olvidaré el fin de semana en que Laura murió,” Waldo Lydecker.
Ubicada en 2008 como la cuarta mejor película de misterio por el American Film Institute, “Laura” ha aguantado el paso del tiempo con singular solvencia. Es una muestra inmejorable del film noir, con llamativas particularidades, una fotografía impecable en blanco y negro (ganadora del Oscar) de Joseph LaShelle y una banda sonora histórica del compositor David Raskin.
Laura (Gene Tierney) ha muerto. El detective Mark McPherson (Dana Andrews) se da a la tarea de descubrir al asesino. Para hacerlo, MacPherson se entrevista con el columnista y protector de Laura, Waldo Lydecker; con su prometido, el gris Shelby Carpenter (Vicent Price) y con Anne Treadwell (Judith Anderson), su neurótica amiga. Cualquiera pudo haber sido. Laura era una mujer fascinante. McPherson no es ajeno a su encanto.
Otto Preminger se sintió atraído por la historia de Vera Caspary, primero una obra de teatro y después novela, pero el estudio no confiaba en él para dirigirla, así que le encomendó únicamente la tarea de productor. La labor le fue encomendada a Rouben Mamoulian (“La marca del zorro”, 1940), quien entregó poco satisfactorios resultados. El estudio lo relevó. Preminger tomó la batuta e inició desde cero un proyecto que superó bastante obstáculos. Entre ellos, la renuencia a contratar al actor de teatro Clifton Webb para el personaje de Lydecker. Webb, un actor de 55 años, abiertamente homosexual y cuya última participación en cine había sido en la época silente se negó a hacer una prueba. Preminger tuvo que convencer al estudio mostrándole una grabación del actor en Broadway. La elección pagaría con creces. Webb se convertiría en una de las grandes figuras de Hollywood y recibiría una nominación como Mejor Actor de Reparto. Encontrar a Laura fue también complicado. La primera opción, Jennifer Jones, lo rechazó. La emblemática Hedy Lamar tampoco aceptó. Y Gene Tierney la hizo por obligaciones contractuales con el estudio. Era un proyecto que despertaba poca confianza, un tanto dudoso, como sus protagonistas.
Pero además de interesante por la historia detrás de la película, “Laura” lo es por lo que pasa en la pantalla. La película mantiene el interés de dos formas: descubrir al asesino y sus motivaciones, y desentrañar a la enigmática Laura. En el transcurso el espectador se enfrenta con una serie de situaciones fuera de lo regular. Hay un detective que nunca visita su oficina y con tendencias necrofílicas (vaya se enamora de la occisa). Una heroína muerta la mayor parte de la historia. Un hombre de dudosa heterosexualidad que cela a una mujer. Una escena de nudismo entre el celoso y el necrofílico. Y un arma del delito encontrada para luego devolverse a su lugar (el detective regresará al otro día para llevársela, no hay prisa). Las situaciones son enfrentadas por solvencia por el reparto. Price y Anderson entregan personajes distintivos que viven en sus propios mundos. Tierney, de belleza perfecta, y Andrews, de tono monótono, conforman una pareja fría de héroes. Webb es quien se roba el show.
Nominada a diez premios de la Academia (incluyendo Mejor Director y Mejor Guion Adaptado y Mejor Actor de Reparto para Webb), “Laura” es una leyenda y un filme de una pieza. Balanceada entre motivos y estilo. Atrayente en sus detalles. Perfecta en sus imperfecciones.
EE.UU. 1944
Director: Otto Preminger.
Reparto: Gene Tierney, Dana Andrews, Clifton Webb, Vincent Price.
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