“Look beyond the paint. Let us try to open our minds to a new idea,” Katherine Watson.
Con el encanto de la sonrisa de Julia Robets pero muy poco detrás de ella, “La sonrisa de Mona Lisa” intenta ser la versión femenina de “La sociedad de los poetas muertos” (1989).
En el conservador Colegio Wellesly de 1953, Katherine Watson (Julia Roberts) tiene la tarea de enseñar arte a las jóvenes que reciben la mejor educación mientras se preparan para el matrimonio. La maestra Nancy Abbey (Marcia Gay Harden) es la encargada en ese departamento y se toma muy en serio la labor de prepararlas en modales, aseo y protocolo. Pero Watson se siente perturbada al descubrir que la prioridad de las jóvenes es buscar marido. Son inteligentes y tienen la posibilidad de un futuro distinto. Watson no se contenta con que sepan identificar a cada pintor y corriente, quiere que sus alumnas piensen por sí mismas y sean independientes. La profesora se apresta a enseñarles a través del arte más de un par de valores feministas.
“La sonrisa de Mona Lisa” es un filme cumplidor, pero está lejos de poder inspirador de su contraparte masculina. El guion es inteligente al desarrollar los personajes tanto de la profesora como de sus estudiantes. En ese departamento es superior. Mike Newell, lleva al espectador entre las historias y consigue que se identifique con el espíritu libre de Watson y las jóvenes que ha inspirado. Julia Roberts es adecuada para la parte. La actriz hace de Watson una mujer con convicciones, valiente, resuelta e inteligente. La acompaña un cuadro de intérpretes que incluye a lo mejor de su generación. Kirsten Dunst es Betty, la hija que sigue el consejo de su madre que ya piensa casarla con un egresado de Harvard; Julia Stiles es Joan Brandwyn, una estudiante lo suficientemente brillante para ser aceptada en la escuela de Leyes de Harvard, pero no para elegir la opción sobre el matrimonio; Maggie Gyllenhaal es Giselle Levy, la más liberal y sexualmente avanzada del grupo, y Ginnifer Goodwin es la obsesionada por su apariencia Constance Baker. Marcia Gay Harden es una delicia como la delicada y casi perfecta Nancy.
Técnicamente la película es satisfactoria. La dirección de arte, el vestuario y la fotografía son adecuados. El ritmo constante y la historia entretenida. Pero “La sonrisa de Mona Lisa” parece más preocupada por sus políticas en torno a la sexualidad femenina que sobre la cuestión de fondo, las cadenas que atan a la mujer por la simple razón de serlo. El tema es puesto sobre la mesa (“Pensé que trabajaría en un lugar que generaría a los líderes del mañana, no a sus esposa”, observa Katherine en un momento), pero al final la película no se atreve a tomar una postura definitiva y hacer la diferencia que su protagonista ha prometido.
Mona Lisa Smile
EE.UU. 2003
Director: Mike Newell.
Reparto: Julia Robets, Julia Stiles, Maggie Gyllenhaal, Kirsten Dunst, Ginnifer Goodwin, Marcia Gay Harden.
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