“Uneasy lies the head that wears a crown,” Henry IV, Parte II.
El 31 de agosto de 1997 el pueblo inglés perdió a su princesa. Diana Spencer, ‘Lady Di’, había muerto en un accidente automovilístico. Las especulaciones sobre su muerte comenzaron. Las críticas a la Corona no cesaron luego de la fría respuesta ante la muerte de quien formara parte de la familia real y fuera madre de dos herederos al trono. “La reina” cuenta el otro lado de la historia, aquello que Isabel II vivió.
En apariencia “La reina” podría parecer un filme aburrido, apegado a los hechos e inclinado al documental. Si bien se apega lo más posible a los hechos también elabora una parte pues de lo que pasó dentro de las paredes del castillo no puede tenerse total certeza. ¿Aburrida? Definitivamente no. Por el contrario. Stephen Frears hila de tal manera la historia que oscila entre la postura liberal de Tony Blair, recién nombrado canciller, el conservadurismo de Isabel II y el sensacionalismo de los medios de comunicación. El guion es intenso, observante, enfocado y literario. La producción también toma nota de cada detalle como se refleja en la escenografía, el vestuario y la dirección de arte, así como en el apego a las tradiciones y protocolos que debe seguirse ante la realeza. La fotografía es limpia, más cercana a un lente observador que resalta sin agregados artificiales la belleza natural de su objeto. El cuadro lo completan imágenes reales de conferencias de prensa, la reacción de la gente tras la noticia fuera del Palacio de Buckingham, y escenas del funeral. Ello explica la aparición de figuras como Elton John, Nicole Kidman, Tom Cruise y Steven Spielberg.
“La reina” es un filme memorable en su conjunto, como película, por su dirección y su guion original, todos rubros por los cuales fue considerado para el Oscar, donde además recibió otras cuatro nominaciones. Pero sin duda la actuación de Helen Miren es el aspecto que más destaca. Mirren parece haberse mimetizado con Isabel II. El parecido físico es innegable, pero no sólo proviene del exterior. Mirren construye su interpretación desde el interior, con sugerencias y sutilezas, con fuerza y vulnerabilidad. Su impecable labor, ejecutada, sin exagerar, a la perfección hizo que Miren obtuviera treinta premios, entre ellos el Oscar. El reparto que la acompaña es sobresaliente de distintas maneras, destacando la buena réplica de Michael Sheen como Tony Blair.
Isabel II es una monarca tradicionalista, discreta y conservadora. La muerte de Diana fue sin duda una tragedia, pero el que la Corona le diera el mismo tratamiento que a un miembro de la realeza estaba fuera de lugar. Diana ya no pertenecía, al menos oficialmente, a la familia. Pero el pueblo inglés no lo consideró así; incluso cuestionó la vigencia de la monarquía. “La reina” es, además del retrato de una mujer que lleva su rol público con dignidad y privacidad, y sobre cuyos hombros recae el peso de una nación, una muestra del choque entre generaciones. En términos de celebridad Diana era una princesa. El cambió de opinión de Isabel II a causa de los deseos podría ser un síntoma de progreso... o no.
The Queen
Inglaterra/Francia/Italia 2006
Director: Stephen Frears.
Reparto: Helen Mirren, Michael Sheen, James Cromwell, Sylvia Syms.
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