“Nunca te des por vencido y la buena suerte estará contigo”, Falcor (Alan Oppenheimer).
Parte del encanto de la literatura está en la posibilidad que abre de visitar los lugares más recónditos e inimaginables. “La historia sin fin”, de Michael Ende, alberga en sus páginas la puerta a Fantasía, un mundo que se alimenta de la imaginación del lector.
La popular obra es llevada a la pantalla grande de mano de Wolfgang Petersen, quien con el presupuesto más grande para 1982 de una producción alemana (27 millones de dólares) más que una adaptación, presenta una reimaginación de la historia. “La historia sin fin” es una novela rica en personajes, escenarios y anécdotas. La película apenas y recupera (de forma muy libre) lo ocurrido en la primera mitad. Por ello, Ende se mostró insatisfecho ante las modificaciones y pidió que su nombre fuera omitido. Incluso interpuso una fallida demanda. Su nombre no se retiró; se incluyó discretamente. Pero “La historia sin fin” es un filme que se sostiene por sí mismo y aunque no recupera la totalidad del original mantiene intactos sus principales temas.
Bastian (Barret Olivier) es un niño solitario. Huérfano de madre y con poca comunicación con su padre, Bastian es molestado por sus compañeros. Una tarde se encuentra con un libro: “La historia sin fin”. Con un dejo de curiosidad y miedo comienza a leer. El libro trata de él y de Fantasía, un mundo fruto de la imaginación de los humanos. Fantasía está en peligro. La gente ha comenzado a perder la capacidad de creer. La Emperatriz Infantil (Tami Stronach) le pide a Bastian su ayuda, para que junto con Atreyu (Noah Hathaway), un joven guerrero, detenga a la Nada de consumir a Fantasía.
Petersen rescata los elementos más representativos de la obra de Ende y les da forma en una ágil aventura. Es clara su pericia y creatividad para con pocos efectos especiales darle vida, realismo y credibilidad a los personajes que incluyen, entre otros, a un dragón volador, un temible lobo y un monstruo de roca. El trabajo se hizo merecedor por parte de los Premios Bavarian a la Mejor Producción, mientras que los Premios Saturno la consideraron por Mejor Película de Fantasía y Mejor Música, y reconocieron a Barret Olivier como Mejor Actor Joven. Olivier es adecuado para la parte y desarrolla adecuadamente la evolución que su personaje sufre, de niño tímido e inadaptado a héroe.
“La historia sin fin” es una historia dentro de una historia. Una aventura épica donde la fe de un niño cambiará el destino de un mundo. Donde la última página o imagen es apenas un nuevo comienzo pues abre una nueva posibilidad y obedece ante todo al interminable poder de la imaginación.
Die unendliche Geschichte
Alemania/EE.UU. 1984
Director: Wolfgang Petersen.
Reparto: Barret Olivier, Tami Stronach, Noah Hathaway, Alan Oppenheimer.
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