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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

La chica de la capa roja

-“Haré cualquier cosa para estar contigo,” Valerie.
-“Sabía que dirías eso,” Peter.

Entre la tendencia por rescatar los clásicos y dotarlos de un aire obscuro (“Sherlock Holmes, 2009, y “Alicia en el país de las maravillas,” 2010) y el deseo por emular el éxito de la saga “Crepúsculo” llega, de la mano de directora de la esta última, “La chica de la capa roja”, una reimaginación de Caperucita Roja con fuertes dosis de romance, sangre y tensión sexual.



En un tiempo y lugar indefinidos (aunque el trailer sugiere el año 1300) los aldeanos dejan puntualmente como tributo su mejor ganado; es lo único que ha mantenido al hombre lobo lejos de atacarlos. Pero el miedo y la incertidumbre se acrecientan cuando la hermana de Valerie (Amanda Seyfried) muere a causa de la bestia. La cacería inicia. La llegada del Padre Solomon (Gary Oldman), un famoso caza hombres lobo, incrementa la tensión: la criatura es uno de ellos. Para Valerie el incidente sólo empeora las ansias que le han generado el compromiso que ha adquirido para casarse con Herny (Max Irons), a pesar de que al que ama es a Peter (Silo Fernández), los secretos que comienzan a revelarse en su familia y, por si fuera poco, la capacidad que tiene de hablar con el animal, convirtiéndola inmediatamente en sospechosa de brujería.


“La chica de la capa roja” es un híbrido de interesantes componentes e inspirada hechura. La principal intención de Hardwicke es presentar un cuento clásico con la vena de lo siniestro latiendo. Las vueltas de tuerca y la revelación de los secretos contribuyen a ello, en especial las constantes indicaciones que parecen señalar a uno u otro personaje como el lobo en disfraz. El aislamiento del invernal paraje y lo reducido de su población acentúan el hechizo, aunque no evitan ciertos clichés. Y, desde luego, en medio de la cacería está, latente, el amor.


Entre los ingredientes el mayor acierto está en la selección de Seyfried como protagonista. La actriz construye una poderosa interpretación con toques de candor, fuerza, erotismo y temeridad. Su interpretación es la columna vertebral de la cinta que termina de vestirse con un reparto que incluye a Virginia Madsen y Julie Christie, como las misteriosas madre y abuela, respectivamente, de Valerie. Eso sí, Irons y Fernández, desmerecen ante la fuerza interpretativa de Seyfried.


Esta revisión del cuento, con claros guiños al original y otras historias de lobos, puede no ser del agrado de todos. La capa que la cubre encierra una fuerte dosis de tensión que puede resultar incómoda. Esa es su intención. Atrapar la vista y conservar la atención en ese atractivo color. En esta ocasión, el rojo que la pinta encierra, en una poderosa mezcla, todo aquello con lo que se le asocia: amor, sexualidad, sangre, muerte, destrucción... y vida.

Red Riding Hood

EE.UU. 2011

Director: Catherine Hardwicke.

Reparto: Amanda Seyfried, Gary Oldman, Virginia Madsen, Shiloh Fernandez, Max Irons, Julie Christie.

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