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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

"Joker: Folie à Deux" de Todd Phillips

El chiste no se cuenta...

"Durante toda mi vida, no supe si realmente existía. Pero lo hago y la gente está empezando a darse cuenta," dice Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) en "Joker". La película que sorprendió a propios extraños por su tratamiento y exploración del icónico villano de Batman se convirtió en un parteaguas en el cine de súper héroes (de villanos para ser más precisos) al hacerlo el protagonista y, en ello en mostrarnos, como con Travis Bickle de "Taxi Driver", el camino a la oscuridad de un hombre que lo único que quería era hacer reír. "Joker" no daba risa, sorprendía, incomodaba, revelaba. Hacía, a través de Arthur Fleck, lo que muchos quisieran y no se atreven porque no se debe. Por eso, al final, Arthur, aunque termina en Arkham, la institución psiquiátrica, se ha convertido en un "héroe" para muchos (y lo es a su manera). Arthur había sido visto y Joker también. Y vaya que fue visto, El filme hizo mil 79 millones de dólares, convirtiéndose en la película clasificación C más vista (hasta la llegada de "Deadpool y Wolverine" cinco años después). Ganó el León de Oro en el Festival de Venecia y fue nominada a 11 premios Oscar, incluidos Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado; ganó Mejor Actor y Mejor Banda Sonora. Fue la primera película de DC nominada en la categoría principal y la segunda de la historia después de "Black Panther". "Joker" expone la salud mental y revela a un villano que antes no había estado ante los reflectores: la sociedad.

"Joker" iba a ser un evento único. El desenlace daba espacio para más y el éxito comercial lo exigía. Todd Phillips, director y guionista, creyó haber encontrado el foco para una segunda historia y quizás lo encontró, pero a diferencia de la primera no supo cómo expresarlo. Arthur espera su juicio; ha perdido todo ímpetu, ya no cuenta chistes y es prácticamente un fantasma viviente. La estrategia de su abogada (Catherine Keener) es demostrar que Joker fue un evento y no es realmente Arthur (sí, en un argumento que se antoja sugiere personalidad múltiple o un reflejo que en la víspera de eventos actuales bien podría coincidir un tanto con la que se presenta en "Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez" y donde mucho se achaca a la infancia y malos tratos de loa padres). Arthur no tiene propósito ya, pero la aparición de Lee (Lady Gaga) le da uno nuevo. Arthur quiere estar con ella porque ella "lo ve". Lee al que quiere es a Joker. Esa oposición de intereses va y viene en el juicio de Arthur. La decisión y la sentencia está en determinar quién es realmente Arhur y con ello si es culpable.

Hay mucho bueno en "Joker 2". La fotografía es hermosa. Joaquin Phoenix da de nuevo una gran interpretación. Lady Gaga tiene también grandes momentos, aunque su personaje es subutilizado. Los números musicales en su mayoría lucen y dan una dimensión nueva y propositiva. Hay escenas y secuencias que son clases de cine (Joker defendiéndose por primera vez, Lee y Joker cantando en un programa de televisión o "huyendo" mientras hay un exabrupto en prisión, conversando frente a frente cuando ella lo visita y otros tantos más). Sí, el problema de "Folie à Deux" no está en las partes, está en su suma. No suman.

Para empezar, Arthur no quiere nada, no tiene un objetivo y conforme avanza la historia tampoco queda claro uno. ¿Qué quiere? ¿Salir de prisión? ¿Estar con Lee? ¿Ser visto? ¿Recuperar quién es verdaderamente? La respuesta pareciera ir de las últimas tres preguntas y pudiera funcionar si se tuviera claro cuál es la principal y cómo se quiere responder. Eso dificulta el interés por su historia. El interés surge por momentos o situaciones específicas siendo el primer detonante real de ello la aparición de Lee. El otro está en el juicio, en escuchar al fiscal. Harvey Dent hace su aparición y su inclusión está justo en aportarle a aquello de quién es realmente, es el personaje perfecto para ello y con Lee suman una tercia que funcionaría a la “Caballero de noche" si verdaderamente hubiera una postura sobre la naturaleza humana y que tan bien se resume en la icónica frase que justo Dent expresa en aquélla: "O mueres como un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano." En aquélla, Dent, el Guasón y Batman son los tres lados de la moneda (sí, tres, porque el costado es también uno). El interés estaría si hubiera identificación en Arthur, pero no lo hay, lo hay en lo que le pasa y no es lo mismo. En "Joker" por perverso y retorcido que parezca la había porque todos nos hemos sentido no vistos o reconocidos.

"Joker 2" no es un musical. Es un drama judicial con toques de romance y números musicales. Los musicales están bien, podría haber un par menos o podrían ser un par más cortos; no todos aportan realmente o redundan y ayudaría a una duración que no se siente del todo larga o excesiva, pero que sin duda es más de la necesaria. La idea es buena y lógica, pero tampoco está por completo bien desarrollada. Arthur conoce a Lee por la música. Ella está en un coro al que se suma. La música se convierte en un elemento "sanador" y de escape como han mostrado otras tantas como "Música del corazón", "Escuela de Rock" o "Soul". Aquí es claramente un escape, es el espacio donde Arthur proyecta sus ilusiones y miedos. Funciona. Phoenix tiene talento vocal e interpretativo, de Lady Gaga es poco lo que se pueda decir, ya se sabe que es fantástica en ello y le trae gran vida y sensibilidad a los números que también tienen grandes letras. Quizás alguno se cuele al Oscar 2025. Ahí están "Get Happy", "For Once in My Life" y "What the World Needs Now”.

"Locura para dos" es lo que "Folie à Deux" significa y "Joker 2" es una locura, pero no una buena locura. La locura puede significar algo "fuera de control" o bien algo "genial", propositivo, que va más allá. Aquí se queda corta porque en su "locura", el título es varias películas y ninguna a la vez. Es una historia sobre identidad, sobre recuperarse a sí mismo (porque al final Arthur sí es Joker y en verdaderamente convertirse en él hay una declaración que parecía superada con el desenlace de la anterior y que aquí tenía que llegar a otra parte), un drama musical, una historia de amor, un drama judicial y una acotación sobre la música en todo ello; es también sobre las apariencias de ser en el día a día (“El mundo es un escenario” señala el póster). Es y no es. Las piezas no alcanzan a cuajar y luego está el desenlace. El punto final, sin spoiler, es un sin sentido anticlimático que no lleva a ninguna parte. Quiere ser transgresor y sorprendente. No lo es.

Hay una mejor película en "Joker: Folie à Deux" que la que se ve en pantalla. Quizás con otra edición, con mejor guía y mayor claridad. Arthur Fleck quería ser visto y para ser visto tenía que convertirse, que ser Joker. Cuando Arthur decía de niño que quería ser comediante, todos se reían. Cuando Arthur era "Joker" la gente se río, se sorprendió. Él lo dijo en aquella y ahora resuena, "nadie se ríe ahora".

Quizás pase como con los chistes, o mueres como uno, en la carcajada, o vives lo suficiente para convertirte en el chiste.

🎬🎬1/2

EE. UU. 2024 - 2h 18m


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