"Hay tres tipos de hombres: aquellos que tienen algo por qué vivir, aquellos que tienen algo por qué morir y aquellos que tienen algo por qué matar," Marquis
Es lo mismo, pero no es igual.
2014 fue el año en que Keanu Reeves sorprendió como "John Wick". La producción de menos de 30 millones de dólares recaudo casi 90 e inició una serie que está estrenando su cuarto título, que ha recaudado cerca de 600 millones de dólares, que no ha decaído en crítica (al contrario) y que está por dar inicio a un universo con "Ballerina", spin-off que será protagonizada por Ana de Armas, y "The Continental", serie precuela que contará la historia de Winston Scott (Ian McShane), el director del hotel.
"John Wick 4" retoma donde concluye "John Wick 3: Parabellum", Wick se propone para llevar a cabo su venganza contra La Mesa, ejecutando a su líder. La Mesa, en respuesta, asigna a Marquis Vincent de Gramont, uno de sus miembros más destacados, para detenerlo (Bill Skarsgard). Las medidas que implementa incluyen inesperadas medidas en contra de El Continental de Nueva York y Ozaka, la contratación de Caine (Donnie Yen), un asesino ciego y otrora amigo de Wick, y una alta recompensa que tiene a asesinos independientes cazándolo.
A "John Wick" le pasa como a "Rápidos y furiosos", ya tiene una fórmula, sabe bien cuáles son los ingredientes, pero cada entrega se las ingenia para combinarlos de manera distinta y agregar nuevos. En este caso y muy en la línea de extender el universo, Wick va de Nueva York a Japón, Alemania y Francia, emulando el recurso que tan bien les ha funcionado a las historias de espías o al propio James Bond. Los personajes nuevos son interesantes. Marquis es maquiavélico, contrastando con la apariencia angelical, pero de mirada inquietante que a Bill Skarsgard tan bien se le da y que lo hizo inolvidable en "It". Hiroyuki Sanada como Shimazu Koji, manager de El Continental de Osaka, luce gracias al honor oriental que lo hace leal ante todo con Wick, y a su reación con Akira (Rina Sawayama), su hija, un rol que promete para próximas entregas. Está también Done Yen como Caine, un rol que recuerda al Daredevil de los cómics, guiándose por sonidos y sus sentidos, pero igual de peligroso y con un fuerte deseo de proteger a su hija. El rol de Shamier Anderson brilla también. Como Tracker o Don Nadie es letal y su relación con su perro le da dimensión, amén de ser un gran guiño a cómo inició todo. Luego están los regresos de Laurence Fishburnecomo Bowery King, Ian McShane como Winston (un rol que ve lo inesperado, lo afronta con dignidad e ingenio) y Lance Reddick como Sharon, el Concierge de El Continental (Reddick falleció hace poco, su rol tiene paralelismos con la vida en un digno desenlace).
Hay que decirlo, a Keanu Reeves esta entrega le deja poco para desarrollar a Wick. El personaje sólo quiere su venganza, ser libre y vivir su duelo. Todo está tan enfocado en la acción que no hay mucho espacio para verlo profundizar relaciones con los personajes que son sus aliados, aunque queda y está presente un momento, a través de un recuerdo, con Helen (Bridget Moynahan), su finada esposa. Para una película que dura tanto, es una deuda importante. La verdad, sí podría durar un poco menos, sobre todo en el primer acto.
El distintivo de "Joh Wick" está intacto. Las secuencias de pelas son espectaculares una tras otra, agregando ahora chacos y flechas en las que suceden en oriente, por ejemplo. Están también los recursos que utiliza Caine y las que ocurren en París: una en plena avenida y que incluye carros, portazos y demás, la otra en las 200 escaleras que llevan a la Iglesia del Sagrado Corazón donde sucede el duelo final, sin coreografía ni peleas, pero haciendo mucho sentido y con igual o mayor impacto, por lo mismo; por cierto, esa cuesta arriba tiene momentos lucidores, hilarantes y hasta de verdad divina con aquello de que "sólo falta que lo orine el perro". El desenlace es inesperado, deja dudas de cómo resolverán las ya mencionadas partes 5 y 6. Hay una escena post créditos.
"John Wick 4" es un escalón ascendente más en el caminar, en el pelear, el hombre que sólo quería vivir su duelo y que acabó en un duelo sin fin. Cumple muy bien y deja con ganas de más. Muestra que hay hombres qué matan poque tienen algo por qué morir, por qué vivir o por qué matar y luego está John Wick que lo hace por todas al mismo tiempo.
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EE. UU. 2023 -2h 49m
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