“Puedo decirte el número de las placas de los seis coches que están afuera. Puedo decirte que la mesera es diestra y que el tipo sentado en la barra pesa 215 libras. Sé que el mejor lugar para guardar una pistola es la guantera de la camioneta gris de afuera, y a esta altura, puedo correr por media milla antes de que mis manos comiencen a temblar. Ahora, ¿por qué sabía todo eso? ¿Cómo puedo saberlo y no saber quien soy?” Jasón Bourne.
La memoria es una intrincada red de conexiones. Un laberinto sin cuyo mapa el rumbo ni existe ni tiene sentido.
El retrazo en el estreno de una película regularmente es sinónimo de desconfianza del estudio, máxime cuando el tiempo se requiere para filmar escenas adicionales. No es el caso de “Identidad desconocida”, la bastante libre adaptación de la novela “El caso Bourne” de Robert Ludlum, fallecido durante la postproducción. Programada inicialmente para junio de 2001 y estrenada, después de tres cambios de fecha, el 22 de junio de 2002, “Identidad desconocida” es uno de los thrillers más interesante de la última década y primera entrega de una de las sagas más redondas en la historia del cine.
Una noche un hombre (Matt Damon) herido es encontrado flotando en el Mediterráneo. El doctor de un barco le retira dos balas y un pedazo de metal que contiene el número de una cuenta de banco. Con ello como única clave, el amnésico hombre viaja a Zurich donde accede a una caja de seguridad en la que encuentra una pistola, miles de dólares y pasaportes de varios países, cada uno con una identidad desconocida. El hombre adopta la de Jason Bourne y se dirige, con ayuda de la nómada Marie (Franka Potente), a París donde cree poder descubrir quien es. Pero no están solos. Una organización ha descubierto que Bourne no está muerto y envía a numerosos asesinos para terminar con él.
Tony Gilroy no leyó la novela, en su lugar utilizó el esquema que Liman le entregó para realizar el guion. El resultado es una trama que rescata la idea principal, pero que elimina gran parte del original, entre ello al otro grupo que persigue a Bourne, el del mafioso y asesino a sueldo Carlos. Las modificaciones se centran en la frenética búsqueda de Bourne por entender quien es y porque tiene una serie de habilidades poco menos que convencionales (habla varios idiomas, es experto en artes marciales y manejo de armas, y posee una minuciosa observación). Bourne es capaz de desarmar y vencer en un par de minutos a un grupo de hombres.
Doug Liman dota al filme de un frenético ritmo que recuerda a “Corre Lola Corre” (1998), película en la que se inspiró. Franka Potente, protagonista de la cinta en cuestión, encarna atinadamente al interés romántico de Bourne. Matt Damon utiliza sus capacidad camaleónica, vista en “El talentoso Mr. Ripley” (1999), y la complementa con una intensa desesperación que contrasta con la eficiencia y determinación con que su personaje ejecuta a sus persecutores. En Bourne, cuyo nombre viene de Ansel Bourne el primer caso documentado de la condición psicológica conocida como ‘fuga disociativa’, Damon tiene uno de sus personajes más emblemáticos. Brad Pitt estuvo a punto de interpretarlo, pero terminó rechazando la parte para participar en “Juego de espías” (2001).
En los misterios de la mente se encuentra la clave para descubrir la identidad desconocida. Nominada al premio Saturno como Mejor Película de Acción, “Identidad desconocida” no da todas las respuesta sobre Bourne. Apenas es la punta del iceberg. Una búsqueda de identidad que se convertirá en un agudo análisis de las operaciones ocultas del gobierno; en sus alcances y las identidades desconocidas de sus ejecutantes y... resultados.
The Bourne Identity
EE.UU./Inglaterra/República Checa 2002
Director: Doug Liman.
Reparto: Matt Damon, Franka Potente, Julia Stiles, Chris Copper, Clive Owen, Brian Cox.
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