Todavía no estamos preparados...
Harry, duque de Sussex, y Meghan Markle, ahora duquesa de Sussex, son las figuras más controversiales en la actualidad de la realeza ingresa. "Harry y Meghan" es el primero de los proyectos que firmaron para Netflix y sirve para sentar el contexto en el que se encuentran ahora, más aún para explicar, desde su perspectiva, su salida como miembros activos de la realeza británica.
"Harry y Meghan" se conforma de seis episodios que inician con ellos platicando desde EE. UU. donde ahora residen. De ahí, hacen una retrospectiva que pasa por los inicios de su romance, su compromiso, boda, nacimiento de Archie, su primer hijo, y su decisión de abandonar la Corona y el Reino Unido. A ello se le van intercalando recuentos de sus infancias y cómo acabaron conociéndose, cómo consiguieron mantener el inicio de su relación en secreto, testimonios de familiares y amigos (más de ella, desde luego, porque los de él, requerirían permisos especiales) y mucho sobre la compleja relación entre los tres actores centrales en la vida de Harry y Meghan: ellos como pareja, la Corona y los medios de comunicación.
La serie ha sido muy vista en Netflix, pero no tan bien recibida por los medios y la crítica especializada y es de entenderse, ¿abrasarían los medios una serie documental que los pone como villanos (no los únicos, pero sí los de más peso)? ¿Que deja claro que a más de un medio lo único que le importa es construir percepciones sobre las relaciones entre los miembros de la realeza que incluyen tensiones y rivalidades? ¿Qué hablan de un constate concurso de popularidad? ¿Que ganan en una demanda por haber publicado una carta privada de Meghan pues les permite seguir y seguir explotando el hecho? Es una conversación para la que los medios no están preparados y menos aun cuando se trata de figuras sobre las cuáles el pueblo inglés se siente o tiene el derecho, según se vea, de saberlo todo... después de todo, ellos los mantienen.
"Harry y Meghan" intenta que Harry y Meghan se adueñen de la narrativa, que por primera vez su historia sea dicha y, si corren con suerte, sea entendida desde su perspectiva. Quizás esa sea una misión imposible, pero lo intentan. Y es que para el público general la historia de Harry y Meghan es la historia de un cuento de hadas, un príncipe que encuentra al amor de su vida en una plebeya (y ellos le suman, más de una ocasión se menciona "el amor gana"). Más aún, y la serie se ocupa bastante de ello, por lo que representan. Al ser Meghan birracial, hija de una mujer de color y un hombre caucásico, su llegada a la familia real simboliza que quiénes antes eran súbditos, ahora forman parte de la Corona. Más aún, válgase la repetición, que, si tuvieran un hijo de color, éste, aunque en una larga lista, podría ser rey. En tiempos de inclusión suena a "un sueño", pero hay más alrededor de ello.
Los episodios van intercalando las reacciones de los medios a las distintas etapas de su relación, pasando del entusiasmo por la apertura e inclusión a si Meghan y Harry le están robando cámara al Príncipe William y Kate, los siguientes en la línea después del recién nombrado Carlos III. Aunque no se mete tanto en ello, pero sí le da la vuelta y lo deja entrever ("The Crown" habla más sobre ello en relación con la princesa Margarita y la Reina Isabel y años después entre la Reina y Carlos, incluso Diana, y, desde luego, entre Diana y Carlos, habiendo sido ella muchísimo más popular que él), si hay alguien que debe ser bien visto por el pueblo inglés (y el mundo) son los herederos naturales y Harry y Meghan no lo son. Todavía más, la serie habla del eterno interés por sus vidas y sobre cómo hay un juego constante entre los miembros de la realeza ("una telenovela" les llama Harry) por "actuar" ante las cámaras (por seguir los protocolos y lo que los equipos de prensa, que cada miembro y/o familia real tiene), pero luego esas cámaras y el derecho que se siente inherente por saberlo todo, no encuentra límites. Ya en EE. UU. mientras vivieron por seis semanas en casa del actor Tyler Perry, cuando se reveló su ubicación, la mansión tuvo que ser modificada para garantizarles una cierta privacidad pues había drones y helicópteros buscando imágenes.
Ahora, parte de lo que se puede sentir en la serie y quizás sea una contradicción está en que todo lo que viven Harry y Meghan está dicho desde el privilegio. Están y tienen posibilidades gracias a que forman parte de la familia real. Su estatus les ha dado accesos, facilidades, pero tiene factura y ésa es la cuestión que ellos quieren explicar y sobre la que quieren construir empatía. Después de todo, para Harry, la prensa, los paparazis, les arrebataron a su madre. Es comprensible que quiera proteger a su familia y que quiera una vida "normal", entiéndase ir de día de campo o al parque sin que haya cámaras alrededor de él, su esposa y sus hijos cómo ya los vivió él, no quiere ser un show diario. Lo difícil es generar empatía por algo por lo que la gran parte del resto del mundo, "los plebeyos", están buscando conseguir: atención pública. ¿Ven la ironía? La gente quiere lo que ellos tienen, privilegio y atención, y ellos quieren lo que los demás tienen, anonimato. Y es que ahí, aunque lo quieren se deja entrever que tampoco están del todo dispuestos a dejarlo del todo, sólo quieren límites. Saben que desde su posición tienen, para ellos, y las causas que soportan, apoyo y visibilidad que de otra manera no tendrían. No hay una salida tan sencilla...
El trabajo detrás de "Harry y Meghan" se siente. Además de los testimonios de Harry y Meghan, aparecen Doria, madre de Meghan, Ashleigh, su sobrina, y varias figuras públicas que le son cercanas como la tenista Serena Williams o el jugador de polo Nacho Figueras. Igualmente, la serie integra mucho material privado (fotos, videos y demás) de los duques de Sussex, más otro tanto que está bien editado para colocar en el momento adecuado la imagen que adquiere un nuevo significado u otra dimensión por lo que Harry y Meghan dicen. Entre las revelaciones más impactantes están una discusión entre Carlos, William y Harry, pero de nuevo, la serie "dice" nuevas cosas, pero no deja de ser cuidadosa, como lo es Harry, incluso Meghan, para no decir de más, después de todo siguen siendo parte de la familia real.
"Harry y Meghan" tiene su valor, abre aristas y amplía la perspectiva. Pierde un tanto porque no se atreve del todo, pero más aún, porque no tiene una declaración clara y contundente que hacer y porque hay contradicciones entre el decir y el hacer. En cualquier caso, es la presentación de Harry y Meghan ante lo que se siente o quieren presentar como una nueva etapa y para establecer que son "una mujer y un hombre", aunque la ceja de Harry se mueva cuando su esposa lee el discurso que compartió en su boda y dónde comparte su historia. Porque Hary lo sabe, sí, es un hombre, pero no es cualquier hombre. En "Harry y Meghan", que, nombrada así, por las personas y no por los duques de Sussex, no puede evitar que entre ello está aquello que se dice en "La granja animal" de Orwell, "todos los animales son iguales, pero unos son más iguales" y aunque Harry y Meghan lo intentan, no dejan de serlo, saberlo y quererlo.
Es una conversación que no están listos para tener... y que la Corona, la prensa y el mundo, tampoco.
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EE. UU. 2022 - 6 Episodios de alrededor de 1 hora
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