Un tropiezo, degradación e impotencia por lograr la salvación.
Margaret (Anne Marie Duff), Bernardette (Nora Jane Noone) y Rose (Dorothy Duff) son tres jóvenes que, juzgadas por sus familias y la sociedad como pecadoras, son encerradas en las lavanderías de las Hermanas Magdalenas. Ahí, la madre Bridget (Geraldine MacEwan) y el resto de las hermanas se encargarán de que día a día limpien sus pecados al tiempo que lavan la ropa de una sociedad que prefiere no ver lo que pasa, generando un dinero del que no verán ni su sombra. Después de cruzar la puerta del convento no hay marcha atrás ni salida. Su nueva vida sólo incluye, trabajo, sometimiento y arrepentimiento. No hay lugar –ni debe haberlo- para nada más. Al menos no para ellas.
Peter Mullan (“Orphans”, 1999), presenta un desgarrador relato que impacta al mostrar aquello que “En el nombre de Dios” sucedía en las lavanderías de las Hermanas Magdalenas. Si bien el relato es una ficción su base en hechos reales que desde la década de 1960 y hasta 1996 tuvieron lugar en Irlanda. Mullan se entrevistó con varias de las sobrevivientes de las lavanderías para tejer los hilos de los que está hecha esta cinta y darle veracidad al relato. El resultado es por demás emotivo, pero, sobre todo, impactante y perturbador.
“En el nombre de Dios” no es en ningún momento complaciente. Las experiencias vividas por las jóvenes son retratadas a través de crudas imágenes que conmueven y desconciertan. La rabia, el dolor y la impotencia son algunos de los sentimientos que saltan a la pantalla y mueven a sus protagonistas, jóvenes que veían sus vidas reducidas a una constante penitencia; sus pecados: ser bonitas, haber sido violadas o tener un hijo fuera del matrimonio. No hay futuro para ellas. Su condena debe empezarse a pagar y purgar a través del abuso psicológico y las raquíticas condiciones en que viven.
A pesar de estereotipar a las hermanas y mostrar a la madre Bridget como un ser completamente insensible, “En el nombre de Dios” logra presentar no una crítica a la Iglesia Católica sino un retrato de la mentalidad que algunos miembros de la Iglesia sostienen y llevan hasta sus últimas consecuencias. “El placer del no placer” parece ser su guía. Su misión el salvar almas descarriadas a como dé lugar a pesar de que las suyas se pierdan en el camino. ¿Hasta dónde puede llevarse la fe? ¿Hasta qué límite la privación de los sentidos permite vivir? La respuesta no está en aferrarse a creencias que coartan la libertad, se olvidan del disfrute y diversión que ofrece la vida. Claro, todo con medida... nada con exceso... respetando a los demás –después de todo cada uno puede hacer de su vida un papalote-, pero eso sí, “En el nombre de Dios”.
The Magdalene Sisters
Reino Unido 2002
Director: Peter Mullan.
Reparto: Geraldine McEwan, Anne Marie Duff, Dorothy Duffy, Nora Jane Noone y Eileen Walsh.
Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.
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