Elemental, mi querido Pixar...
"Elementos" es una buena película de Pixar, a secas; no es un clásico. Es el segundo filme de Peter Sohn, director de "Un gran dinosaurio", y se basa en su experiencia como hijo de migrantes en Nueva York para contar una comedia romántica que va de cómo los opuestos se atraen. Y ahí el problema.
Ember es la protagonista. Es un ser de fuego que ha esperado toda la vida para heredar la tienda de su padre. Ember tiene problemas de carácter y, como es de esperarse, cuando se prende es literal. Uno de esos momentos ocasiona un desperfecto con la tubería del lugar poniendo en riesgo la tienda. Para resolverlo, Ember necesita la ayuda de Wade, un inspector de agua.
Empezando por lo primero, por lo que se ve a primera vista, "Elementos" es hermosa. Los animadores de Pixar hacen gran labor construyendo Ciudad Elemental, pero también en el diseño de los seres de fuego, agua, aire y tierra. Los tres primeros, en especial, implican retos importantes. El fuego es volátil y la llama puede variar dependiendo el estado de ánimo... y los seres de fuego son intensos. El agua deja ver a través de sí, quiénes se conforman de ella fluyen y son sensibles. El aire es ligero y vaporoso. En ese frente, todo bien. También bastante bien en cuanto a los diálogos que juegan, como se debe y espera, con lo mismo ("You are hot", le dice Wade a Ember y pues sí, lo es, pero es inevitable pensar que también podría entenderse como que es sexy o muy atractiva y como se sabe que le gusta, pues también).
Dónde a "Elementos" se le hacen bolas los elementos narrativos es un su deseo de encajar temas que no necesariamente van juntos o que al menos no sabe cómo lo hacen. El centro del filme está en el legado, en la tradición, en rendirle homenaje a las raíces de las que se proviene y, en especial, a los padres. Ember debe entender que hacerlo no le impide seguir adelante o tomar otro rumbo. El que lo haga a través de una comedia romántica es sembrarlo en tierra infértil para ello. El principio esencial de la comedia romántica es el amor y "Elementos" no habla sobre el amor a una pareja, habla sobre el amor como reconocimiento al pasado, al esfuerzo de los padres. Es ese cúmulo de ideas el que hace que "Elementos" pierda fuerza pues le aplica muy bien aquello de "el que mucho abarca poco aprieta". Es "elemental", mi querido Pixar. Y es que no sólo abarca eso, también habla de cómo Ember quiere liderar la tienda, pero debe aprender a controlar su carácter. También de cómo en realidad no sabe si eso es lo que quiere porque nunca se lo ha cuestionado y... también y también... es mucho.
Fuera de lo anterior, "Elementos" es una aventura fascinante, con un diseño que va entre la lógica y la sorpresa, ¿cómo viven los seres de agua? ¿Cómo los de fuego? ¿Cómo combiben entre sí? ¿Qué pasa si se mezclan? Hay momentos muy divertidos como cuando Ember visita el lujoso departamento de la familia de Wade y otros hermosos como cuando Embert tiene un viaje acuático para conocer una flor que sólo crece en ese entorno. "Elementos" sorprende, hace reír, suspirar y tiene un final conmovedor que no romántico (¿Qué no se supone que es una comedia romántica?), pero poderoso.
Ember habla de un principio de su gente, "Deshlock", que indica "abraza la luz cuando arda porque no durará para siempre" y eso es justo lo que le pasa a "Elementos". Es un filme de luz y brilla muy intensamente, pero, a diferencia de "Intensa Mente", "Toy Story", "Wall-e" o "Red", su luz no es eterna. Así las cosas, Pixar... elemental.
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EE. UU. 2023 - 1h 49m
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