"Tu padre era un hombre débil que se guiaba por las reglas del corazón. Pero el corazón no está destinado a gobernar," Shadam IV, Emperador de Padishah
El corazón está en el lugar correcto.
Con "Duna Parte 1", Denis Villeneuve hizo lo que parecía imposible, adaptar uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción, cuyo intento anterior por llevar la novela de Frank Herbert a la pantalla grande, a manos de David Lynch, si bien ha adquirido estatus de culto fue un fracaso en la taquilla y aún hoy tiene un 37% en el meta sitio. Villeneuve, responsable de "La llegada" y "Blade Runner 2049", demostró un nuevo nivel de madurez con "Duna Parte 1", equilibrando con precisión los valores estéticos de producción con la historia y llegando a buen puerto en un filme que bien podría decir, si bien alcanza a establecer los tres actos, más propiamente es el primero de una historia más grande. Los méritos de la obra no pasaron desapercibidos. La Academia la nominó a diez premios, incluido Mejor Película y le otorgó seis reconocimientos (Banda Sonora, Sonido, Edición, Cinematografía, Diseño de Producción y Efectos visuales). El público tampoco fue indiferente, haciéndola uno de los primeros éxitos post pandemia con 435 millones de dólares de un presupuesto de 165. La segunda parte ni siquiera era un hecho cuando la primera vio la luz, pero ese octubre se confirmó. Las expectativas no eran pocas.
"Duna Parte 2" llegaría en 2023, pero la huelga de actores la sacó de la temporada de premios. Con su presupuesto de 190 millones de dólares era indispensable que su elenco multiestelar y multigeneracional hiciera su labor hablando y promoviendo la película. Warner Bros. lo tenía claro y no ha escatimado. La promoción inició alrededor de un mes antes del estreno en salas, comenzando en México y continuado en Francia, Inglaterra y otros destinos internacionales. Es pronto para decirlo y un camino más complicado para un estreno de finales de febrero, pero "Duna Parte 2" bien podría ser la primera contendiente del Oscar 2025. Será muy probablemente el primer éxito de 2024.
El foco de "Duna Parte 2" está en cómo Paul Atreides (Timothée Chalamet) se prepara junto a los Fremen, habitantes de Arrakis, un planeta desértico, para enfrentarse a los Harkonnen, la Casa responsable de la caída de la de los Atreides. "Duna Parte 2" es un viaje de héroe. Decirlo así podría parecer una forma de simplificar la historia y quizás lo sea. Sin embargo, alrededor de esa estructura está la fuerza de la narrativa de Villeneuve. "Duna Parte 2" teje con cuidado otras subtramas. Está la relación entre Paul y Chani (Zendaya). Está el camino que su madre, Lady Jessica (Rebecca Fergusson) toma para convertirse en una madre reverenda. Está la duda sobre si Paul es o no el elegido, el mesías del que hablan las profecías de los Fremen. El primer acto está dedicado a ello y las costumbres y rituales de los Fremen. El siguiente se ocupa de los Harkonen.
"Duna Parte 1" había hecho su parte con los Harkonen presentando a su cabeza, el varón Vladimir (Stellan Skarsgard), y a uno de sus sobrinos, Gloss Rabban (Dave Bautista). Esta ocasión presenta al más joven y más letal de los Harkonen, Feyd-Rauth (Austin Butler). El contraste entre el desértico y cálido espacio de los Fremen es total contra el inerte y casi blanquinegro reino de los Harkonen. "Duna Parte 2" habla a través de todo ello. Es un filme de capas y donde el arte está en su esplendor. La forma, a través de la hermosa fotografía que incluye momentos reales como la hora dorada en que Paul y Chani tienen un par de momentos románticos, los espectaculares vestuarios, efectos visuales (que incluyen a Paul cabalgando un gusano de arena) y una edición que captura y hechiza desde el primer momento.
El inicio de "Duna Parte 2" hace bien su labor. Es narrado por Alia (Anya Taylor-Joy), la hija que Lady Jessica espera; es una metáfora del futuro que se está gestando. Resume en minutos lo sucedido en la primera parte y captura la tensión. Desde ahí, "Duna Parte 2" no suelta. Sumerge en su belleza en las profundidades del discurso que Villeneuve construye y que se desdobla a través de un universo cuyas dimensiones abarcan temas que incluyen el liderazgo, el poder y sus relaciones con lo político, lo religioso y lo espiritual, la sobrevivencia y el honor. "Duna Parte 2" es un filme de capas. Uno que se desdobla en tantos niveles que es acertado decir que es tan profundo como las arenas del desierto de los Fremen e inversamente fértil a la vez.
El nivel actoral de "Duna Parte 2" es de primera línea. A los actores ya listados y sólo por el lujo de mencionarlos están Josh Brolin (Gurney Halleck, otrora líder militar de la casa Atreides), Florence Pugh (princesa Irulan), Christopher Walken (el emperador Shaddam IV), Léa Seydoux (lady Margot Fenning), Charlotte Rampling (líder de las Bene Gessetir, grupo religioso que mueve los entretelones del universo) y Javier Bardem (Stiglar, líder de los Fremen).
Segundas partes nunca fueron mejores, se dice. También que la excepción rompe la regla y "Duna Parte 2" es una. El primero es un buen filme. Éste es mejor, es más redondo. Es también el complemento y la construcción de una época espacial, de un nuevo clásico de la ciencia ficción y la fantasía, de una obra de carácter político, social y espiritual.
El corazón está destinado a gobernar. Lo conquista Paul y lo conquista Villeneuve. El corazón del clásico literario late ahora también a ritmo propio en el firmamento cinematográfico. "Aquél que puede destruir tiene el control" y "Duna Parte 2" lo tiene y construye un corazón gobernante de latidos cuyo eco llena el universo.
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EE. UU. 2024 - 2h 46m
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