Channing Tatum debuta con "la pata" derecha como director.
La gran virtud de "Dog: Un viaje salvaje" está en que si bien en su estructura no es original (es una road movie donde un personaje cambiará al otro y viceversa), sí le da un giro refrescante a las películas sobre perros que se caracterizan por explorar el valor de los canes como mejores amigos del hombre y que tienden a caer en lo melodramático, explotando todo aquello que puede generar ternura (cachorros), risas (travesuras del perro) o lágrimas (algún acto heroico). En "Dog", Tatum, quién no había actuado desde 2017 ("La ciudad perdida" estrenó después, aunque a México haya llegado antes), es Jackson Briggs, un soldado que busca volver al campo de acción, pero que al sufre de estrés post traumático. Para darle autorización, su capitán le pide que lleve a Lulu, una belga maltés, al funeral de Riley, un compañero que acaba de fallecer y a quién sirvió. El viaje debe ser realizado en auto pues Lulu no puede hacerlo en avión. Está será su última "misión"; para terminar su sufrimiento se ha decidido ponerla a dormir.
"Dog: Un viaje salvaje" es una agradable sorpresa. No es propiamente "salvaje" como describe su título, que más bien quiere referir a que, como buena road movie, las cosas se saldrán de control varias veces; más que salvaje es es divertida, ocurrente y emotiva. Entre las cuestiones que se les atravesarán están un par de jóvenes que practican tantra y quieren ayudar a Briggs, una pareja madura, ella leerá a Lulu y un hotel al que accederán de manera ciega, digamos.
Hay dos aspectos que destacar de "Dog". El primero es cómo consigue darles la vuelta a los recursos típicos de la cintas sobre animales. En esta ocasión, no hay un cachorro y no vemos a Lulu hacer las monerías usuales (aunque sí conocemos su historia en los créditos iniciales, no se distraigan). Es más, los protagonistas no se caen nada bien cuando se conocen. El segundo está en cómo pone sobre la mesa, más allá del trastorno post traumático que ya ha sido mostrado en otros filmes, el que también afecta a los perros que ayudan en el campo de batalla y, mejor aún, que habla de que el proceso de recuperación es posible. Briggs y Lulu se sanan uno al otro. Y no es una cura milagrosa, es un trabajo en proceso. Seguirán viviéndolo, pero lo sobrellevan mejor juntos. El poder sanador entre perros y humanos es muy gratificante de ver y sí, sí hay momentos que seguramente sacarán más de una lágrima en el desenlace.
"Dog: Un viaje salvaje" es un viaje que vale bastante la pena. Un debut afortunado por Tatum como director (codirector, mejor dicho) y un recordatorio de lo mucho animal que hay en el ser humano y lo mucho humano que hay en los animales.
🐶🐶🐶
EE. UU. 2022 - 1h 41m
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