“Todo tiene un costo. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por ello?" Serena Williams
"Desafiantes" anota.
La forma fácil o accesible de mercadear "Desafiantes" es referirla como una película de romance deportivo. Es mucho más. Es un partido de tenis en plena forma, uno de campeonato. La protagonista es Tashi Donaldson (Zendaya), una tenista retirada que ahora es coach de Art (Mike Faist), su esposo, quién no pasa por su mejor momento. La oportunidad de darle un nuevo impulso aparece en la raqueta de Patrick (Josh O'Connor), quién fuera pareja de Tashi y, todavía antes, amigo de Art. Mientras se van dando los sets, flashazos al pasado van dando cuenta de cómo se fueron entretejiendo las relaciones de un triángulo que va más allá de lo romántico y que más bien es una exploración del poder. Un triángulo que verdaderamente se mueve y conecta en todos los sentidos.
La decisión de hacer de "Desafiantes" un partido de tenis es simplemente brillante. Por un lado, es una metáfora perfecta de las relaciones de poder, comprende que en una buena película deportiva el deporte es el pretexto; es la diferencia entre lo que hace relevante a "Contra lo imposible" y prescindible a "Gran Turismo: De jugador a corredor". Por otro, aprovecha la dinámica, el ritmo, las tensiones y emociones que se viven en la cancha. Entiende justo cómo la fuerza, la destreza y la estrategia se combinan en deporte solitario donde, según palabras del ya legendario André Agassi, "estás cara a cara con el enemigo, intercambiar tiros con él, pero nunca le hablas o a nadie más". Y si se piensa, si se observa, en "Desafiantes" es así. Con contactos reducidos, casi mínimos entre Art y Patrick.
El escenario en que se desarrolla "Desafiantes" es hermoso. La fotografía de Sayombhu Mukdeeprom juega con calidez y detalle para retratar lo que pasa en la cancha y fuera de ella. Recuerda un tanto a lo que vimos en "Llámame por tu nombre", pero a diferencia de aquélla, ésta es más vibrante; ésta deja apreciar, en su momento hasta el sudor, esas gotas que dan cuenta de que la vida está en la cancha. Hablando de la vida, la forma se sostiene gracias a las tres partes del triángulo.
Con Tashi, Zendaya da un paso más en su carrera como actriz, dejando atrás los roles adolescentes que la han distinguido en la trilogía de "Spider-Man" o en la serie "Euphoria". Ya antes lo había hecho en "Malcolm y Marie", pero aquí la dimensión es mayor. Tashi tiene tintes de mujer fatal, pero es también madre. Es un rol de mucha complejidad y Zendaya luce en todo momento. Es a su manera la forma en que Zendaya se pone en la cancha ya no de las actrices adolescentes sino jóvenes y con un rango que le da muchas más posibilidades. Es un juego del antes y después que le viene muy bien luego de "Duna Parte 2", consolidándola como una figura clave en Hollywood.
El juego funciona porque la réplica que Zendaya obtiene está a la altura (ya saben, en aquello que dice que un actor es tan bueno como la réplica que recibe, así como un tenista lo será si su contraparte le da juego). Está Josh O'Connor como Patrick Zwaig. A O'Connor lo conocimos de en "The Crown" donde dio vida al Príncipe Carlos en su etapa joven. Aquí es justo el catalizador entre Tashi y Art. Mike Faist, actor principalmente de teatro, es Art. Faist fue Riff en la versión reciente de "Amor sin barreras" y este mismo año estará en "El club de los vándalos", otro filme de alto perfil. Es una gran y muy grata sorpresa. Una interpretación que no está en los ademanes o en recursos externos sino en el trabajo de un actor que expresa desde el interior. A propósito de ello, los hechos en la historia ocurren a lo largo de alrededor de 15 años. El vestuario, peinado y maquillaje desde luego ayudan, pero es el trabajo de los actores el que hace el truco y el que hace creíble verlos como adolescentes y luego como jóvenes adultos. De eso se trata, de interiorizar quiénes son y en dónde están los personajes, está en la postura, en los ademanes, en la seguridad del personaje.
"Desafiantes" ha sido también referida como una película sexy y lo es. Lo es porque tiene momentos de intimidad, porque lo sexual y erótico es, desde luego sexy, porque el mismo tenis, en sus movimientos y dinamismo también lo es. Lo es porque el poder es sexy, es atractivo. Más allá de lo bien que se ve "Desafiantes", su poder de seducción está en lo que no se ve, en la estrategia que se construye en un juego que, aunque suene a cliché, es real, el de la vida. "Desafiantes" es tanto una partida de tenis como una de ajedrez y una que termina en un jaque mate y que resuena como un smash.
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EE. UU. 2024 - 2h 11m
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