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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

Cautivos del mal

“No te preocupes. Algunas de las mejores películas son hechas por gente que se odia trabajando junta,” Jonathan Shields.


Inicialmente denominada “Tributo a un hombre malo”, título que se cambió, ante la similitud con otro filme y en aras de rendir tributo al atractivo físico de la protagonista, a “El malo y la bella” (traducción literal del inglés), “Cautivos del mal” (denominación que se le dio en español) rinde a su manera un homenaje a Hollywood y se erige como el filme con el mayor número de estatuillas de la Academia para una película no nominada en la categoría principal.


Con referencias y escenas inspiradas en anécdotas de figuras del espectáculo como Alfred Hitchcock, John Barrymore y David O. Selznick, “Cautivos del mal” inicia cuando el productor Harry Pebbel (Walter Pidgeon) reúne al director Fred Amiel (Barry Sullivan), la estrella Georgina Larrison (Lana Turner) y el escritor Lee Bartlow (Dick Powell) para hacerles un ofrecimiento: trabajar de nuevo con el productor Jonathan Shields (Dirk Douglas). Entonces, a través de extensos flashbacks cada uno recuerda su relación con el productor. Las constantes, un entusiasta inicio y un catastrófico final a causa de la traición. Sin embargo, ninguno puede negar que el éxito de su carrera se debe al impulso que recibió tras colaborar con Shields.


El filme de Minelli, que también pudo haberse llamado simplemente “Lo bueno y lo malo”, se centra en los absurdos y contradicciones de la fábrica de sueños e ilusiones: Hollywood. El personaje que cataliza el conflicto (Shields) aparece únicamente a través de los recuerdos y nunca se conoce su versión. En el original era un émulo de Maquiavelo, mientras que en la versión final es un hombre con poca capacidad para mostrar y preservar sus afectos. El cambio permite abordar las múltiples aristas de los frustrados soñadores que a pesar de los altibajos y obstáculos siguen luchando por conseguir cristalizar sus sueños, conseguir el éxito, la fama, vivir en el glamor y la sofisticación, y en el mejor de los casos hacer arte.


Protagonizada por Dirk Douglas, quien aceptara la parte tras el rechazo de Clark Gable y fuera nominado al Oscar como Mejor Actor, “Cautivos del mal” retrata la ficción tomando prestados momentos de la realidad. Por citar sólo un ejemplo, el personaje de Larisson comparte similitudes con Diana Barrymore cuya carrera también despegó el mismo año que murió su padre, el actor John Barrymore. La parte también guarda similitudes con la ex esposa de Minelli, Judy Garland, quien al igual que Turner inicia su carrera como extra.


Con un reparto de estrellas y figuras emblemáticas de Hollwood, “Cautivos del mal” guarda otro récord de la época: la mención en seis ocasiones de la palabra “sexo”, término casi prohibido. La cinta ganadora del Oscar por Mejor Actriz de Reparto (Gloria Grahame), Mejor Guion, Mejor Dirección de Arte, Mejor Cinematografía en Blanco y Negro y Mejor Vestuario, es un retrato interior de los sinsabores de la industria que más misterio y admiración despierta. Después de todo es la tierra de los sueños y como dice Shields, “si sueñas, sueña en grande”.


The Bad and the Beautiful

EE.UU. 1952


Director: Vincent Minnelli.

Reparto: Lana Turner, Dirk Douglas, Barry Sullivan, Dick Powell, Walter Pidgeon.

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