Un traje a la medida para Jason Statham.
Dos décadas y media como actor y Jason Statham, antes clavadista, sigue nadando en pleno y es probablemente el héroe de acción más estable y rentable de la industria. Sí, está Dwayne "La roca" Johnson, pero sus últimos proyectos ("Black Adam") han fallado y le da también por la comedia. Está Gerard Butler, pero es también un actor de drama. Statham se mantiene en la acción y el thriller, a veces con toques de comedia, y siempre con mucho estilo. "Beekeeper" lo reúne con David Ayer, quién tiene su mejor filme en una década recordando lo que lo ha distinguido en títulos como "Corazón de hierro" y "Último turno".
Adam Clay es el personaje. Es un apicultor que trabaja plácida y calladamente para una maestra retirada. Cuida de sus abejas. Un desfalco hace que su casera pierda la vida y Adam decide tomar medidas para proteger a la colmena. El camino a la "abeja reína" lo llevará literalmente a la más alta esfera de EE. UU. Adam antes perteneció al misterioso y letal programa Beekepper. Está muy bien entregado y no se detendrá hasta conseguir su objetivo.
Hay varios aspectos en favor de "Beekeeper". Por un lado, sabe lo que es y no pretender ser algo más. Entonces, entrega un thriller de acción que va un poco más allá del entretenimiento al hacer una metáfora de la sociedad con una colmena y con los "beekeepers" como el sistema de seguridad para cuando la reina no está cumpliendo su función. Además, apunta socialmente a los fraudes en línea y la poca legislación que existen alrededor de ellos. Es el detonante de todo. Eloise Parker (Phylicia Rashad) cae en la trampa y como ella misma le dio clic a los portales nada se puede hacer en contra de quiénes la engañaron.
Por otra parte, "Beekeeper" tiene los ingredientes adecuados y en las dosis correctas de un thriller de acción. Es muy ágil, con secuencias vistosas, un guion que va revelando adecuada y efectivamente sus sorpresas (bien jugado, por ejemplo, de quién es hijo Dekek, interpretado por Josh Hutcherson, y el dueño de la empresa que realiza los fraudes) y un protagonista a la medida. La realidad es que Adam Clay requiere poco en términos interpretativos. El guion no profundiza mayormente en quién es o qué lo guía más allá de su sentido del deber. A Statham le va bien. Tiene gran presencia y sabe cómo jugar al misterioso, entregando de manera muy oportuna sus diálogos. Son de esos parcos, pero que se disfrutan y más porque él los dice a media voz y con su característico tono ronco o rasposo. Por ejemplo, cuándo una agente le dice que hay leyes para atender un fraude su respuesta es: "hasta que falla. Después me tienen a mí". "Beekeeper" fácilmente podría convertirse en una franquicia.
A Jason Statham lo acompañan Jeremy Irons como Wallace Westwyld, responsable de "cuidar" a Derek. Emmy Raver-Lampman hace a la agente del FBI Verona Parker, hija de Eloise. David Witts tiene un personaje vistoso como Mickey Garnett, responsable de "motivar" a los trabajadores de un call-center. Le da gran contraste, con sus trajes combinados, al frío Clay.
"Beekeeper: Sentencia de muerte" es una buena adición a la filmografía de Jason Statham y un buen regreso para David Ayer luego de "The Tax Collector" (2020) que pasó desapercibida. "Beekeeper" cumple lo que promete: expone la corrupción; protege a la colmena. En el camino es un zumbido de entretenimiento justiciero.
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EE. UU. 2024 - 1h 45
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